Cuentan las crónicas que el desmoronamiento del Imperio Romano fue de lo más peculiar. El último emperador, llamado Honorio, tenía gran afición por la cría de gallinas y en especial por una a la que llamó ROMA.
Pues bien, ante la invasión cruenta de los Bárbaros del Norte de Europa, un centurión acudió triste y desolado ante su Emperador y le espetó: "César, Roma ha caído". Lejos de mostrar Éste signos de preocupación por el terrible hecho acontecido le replicó diciendo: "Eso es imposible. Yo mismo la he dado de comer esta mañana."
Esta situación resume perfectamente lo que acontece en nuestro país actualmente y en particular en nuestra ciudad. Veo que tanto Zapatero como Cascallana están cortados por el mismo patrón. Niegan la realidad rotunda y demoledora del paro, despilfarro, cierre de empresas, enorme deuda y déficit público y lo peor de todo es que persisten en el error utilizando la propaganda y el marketing político como única tabla de salvación.
Echando la vista atrás, me siento orgulloso del gran trabajo iniciado por un grupo de vecinos de San José de Valderas, agrupados en el movimiento ciudadano SALVEMOS EL PARQUE, en contra de una actuación arbitraria y despótica de su alcalde provocando uno de los mayores atropellos medioambientales y urbanísticos acontecidos en nuestra ciudad, con el permiso de la Comunidad de Madrid. Me siento igualmente orgulloso de que los miles de personas que nos apoyaron vean ahora el despropósito que supone la construcción del CREAA, con hormigón a mansalva, en un espacio absolutamente extraordinario para el ocio y el recreo al aire libre. Y más orgulloso me siento todavía cuando dijimos a toda la ciudad (aunque no nos hizo mucho caso) que esta barbarie urbanística y medioambiental iba a repercutir en el bolsillo de todos los ciudadanos porque su financiación así lo requería.
Veo ahora como resultado, que miles de vecinos asisten atónitos hoy a la supresión de plazas de aparcamiento al aire libre por la construcción de aceras inmensas, para hacer que a muchos de ellos no les quede otra opción que adquirir una de esas plazas de parking públicas tan bien publicitadas por nuestro ayuntamiento. Pero también veo afortunadamente como los vecinos se rebelan ante esta actuación, una vez más perjudicial para sus intereses, y empiezan a movilizarse democráticamente en contra del mandamás y su "gente", que todavía cree que tiene el apoyo mayoritario del pueblo pensando que su poder no peligra.
Muy bien, todo sigue su curso y el tiempo será ese implacable juez que pondrá a cada uno en su sitio. Para cuando llegue ese día, me pregunto que ocurrirá con todas las gallinas del alcalde y en especial con su preferida. Hagan sus apuestas.