Al poco entusiasmo mostrado por los ciudadanos alcorconitas en relación al proyecto CREAA, y que el Sr. Cascallana pudo comprobar en primera persona cuando inauguró el aparcamiento de la calle Lirios saliendo escopetado del acto (fue visto y no visto), contribuye otro hecho para la gente que vive próxima a la obra, sufre a diario. Podría hablar del aire que se respira cercano a la obra y que un servidor al más mínimo indicio aguanta la respiración como puede hasta que se aleja, como son olores a metal, polvo, humos, etc., o bien, los focos que iluminan la obra faraónica muchas veces durante todo el día, disparando el gasto en luz de nuestro ayuntamiento, pero hoy citaré otro problema que me parece tan importante o más que los otros. El ruido.
Entiendo que en una obra haya ruido. Entiendo también que la jornada de los obreros empiece de lunes a viernes a las ocho de la mañana. Pero por favor, ahorre a los ciudadanos de Alcorcón, que van a pagar más impuestos este año que nunca, las horas extras que se pagan el sábado y que encima contribuyen al nulo descanso de los vecinos de la zona. Y no se lo pierdan ustedes, un simple obrero dando martillazos y una miniexcavadora, con su infernal pitido cuando va marcha atrás, hacen que en una zona de Alcorcón no se peque ojo desde las ocho de la mañana, ni siquiera en fin de semana.
Sr. Cascallana, no se extrañe luego si pisa estos barrios y los vecinos muestran un entusiasmo nulo por su persona. Trátenos con un poquito más de consideración y no permita que se trabaje el fin de semana. Sabemos su obsesión por terminar la obra cuanto antes pero no a cualquier precio. Por favor.